lunes, 23 de febrero de 2015

Incardinados y dóciles

Año XLVII, número 8 - 20 de febrero de 2015
Nuevos purpurados en la Iglesia

El único título de honor
El consistorio extraordinario y la creación de veinte cardenales elegidos literalmente de todas las partes del mundo muestran con claridad la intención del Papa Francisco, mientras está por iniciar el tercer año de su pontificado. En el signo de la comunión y de la colegialidad la preocupación central del Pontífice es la misión, cuyos rasgos están delineados en la meditación sobre el himno de la caridad de san Pablo que Bergoglio desarrolló en dos momentos, al hablar a los nuevos purpurados y luego al celebrar con ellos.
Y precisamente en la caridad se mide la ejemplaridad a la que cada día está llamada la Iglesia de Roma con su curia. En esta Iglesia están incorporados a título especial los cardenales, expresión, ahora como nunca antes, de una catolicidad que el Papa describió con eficacia: «Es saber amar sin límites, pero al mismo tiempo con fidelidad a las situaciones particulares y con gestos concretos». Si la Iglesia de Roma, en efecto, preside en la caridad, «toda Iglesia particular, en su ámbito, está llamada a presidir en la caridad».

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miércoles, 18 de febrero de 2015

Comunión y colegialidad

Año XLVII, número 7 - Ciudad del Vaticano - 13 de febrero de 2015
Convocado en el Vaticano un consistorio extraordinario sobre la reforma de la Curia romana
La cita era a las 9, pero ya media hora antes el Papa Francisco estaba en el aula del Sínodo. De pie, delante de la mesa de la presidencia, dispuesto a acoger a los cardenales convocados para el consistorio extraordinario del jueves 12 y el viernes 13 de febrero para debatir sobre la reforma de la Curia romana, en vísperas de la creación de veinte nuevos purpurados. El Papa Francisco los saludó a todos, uno por uno, intercambiando con ellos alguna palabra.
«Bienvenidos a esta comunión que se expresa en la colegialidad» dijo en sus palabras iniciales: y esa cordial y no formal acogida era ya la expresión concreta de la intención de valorizar plenamente la  participación personal y colegial. 
Juntos, los 165 cardenales cantaron el Veni creator, invocando la asistencia del Espíritu Santo para alcanzar lo que el Pontífice definió «una meta no fácil» que «requiere tiempo, determinación y colaboración». La reforma —deseo de las congregaciones generales antes del cónclave y que llevará a la redacción de una nueva constitución apostólica— «no es un fin en sí misma» dijo el Papa, sino que quiere dar siempre una mayor «colaboración y transparencia» en la Curia «para dar fuerza al testimonio cristiano, para favorecer una más eficaz evangelización; para promover un más fecundo espíritu ecuménico; para alentar a un diálogo más constructivo con todos».

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lunes, 9 de febrero de 2015

Para erradicar el flagelo de los abusos

Año XLVII, número 6 - Ciudad del Vaticano - 6 de febrero de 2015

Carta del Papa a las conferencias episcopales y los superiores religiosos

Hacer «todo lo posible para erradicar de la Iglesia el flagelo del abuso sexual de menores y abrir un camino de reconciliación y curación para quien ha sufrido abusos». Lo que pide el Papa a los obispos y superiores de las Órdenes religiosas en una carta enviada con ocasión del encuentro de la Comisión  pontificia para la tutela de los menores, que se reúne en el Vaticano del 6 al 8 de febrero.
Para el Pontífice las familias «deben saber que la Iglesia no escatima esfuerzo alguno para proteger a sus hijos» y «tienen el derecho de dirigirse a ella con plena confianza, porque es una casa segura». De aquí la clara invitación a no hacer prevalecer ningún otro «tipo de consideración, de la naturaleza que sea, como, por ejemplo, el deseo de evitar el escándalo»: en el ministerio sacerdotal —recuerda el Papa— «no hay absolutamente lugar en el ministerio para los que abusan de los menores».

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